El Blog

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Para qué sirve una carrera universitaria?


No sé porqué, pero me he emocionado con este nuevo blog. Contínuamente estoy pensando sobre qué puedo escribir, qué tema recurrente puedo sacarme de la manga para entretener al personal.

Hoy, camino de mi antiguo instituto de bachillerato, he decidido hablar sobre la inutilidad de tener un título universitario. Ya, ya sé que todo el mundo lo tiene asumido... pero es algo que me toca la moral. En el trozo de cartulina que la señora de secretaría me ha entregado después de firmar un papelucho, y en el que el Consejero de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, en nombre de Juan Carlos I, Rey de España, ha estampado su rúbrica para darle la validez y legalidad necesarias, se establece que Doña María Neupavert Sánchez, nacida el día 9 de octubre de 1987 en Jerez de la Frontera (Cádiz), bla bla bla, ha superado los estudios regulados en el bla bla bla, con la calificación de 9,6, expide a su favor el presente título de Bachiller en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales.

Ea, pues la verdad es que sí, que me creí la patuleja esa que me contaban mis padres de que unas buenas notas eran el indicador de un futuro prometedor y brillante. Hagamos recapitulación.

- Mi primer empleo fue en el verano de 2006, en unos almacenes de venta al por mayor de productos para guiris, con el techo de teflón y un calor que te morías. 5 euros la hora y casi todo el verano perdido.

- El siguiente trabajo vino en navidades. Trágate una hora en el autobús para llegar desde Triana al CC Carrefour de San Pablo, entra en los baños y cámbiate para salir hecha una auténtica payasa. Y no es metafórico... Con la nariz de rojo y un traje 10 tallas mayor que la mía tenía que inflar globitos, entretener a los niños y repartir folletos del fantástico restaurante Nostrus. Aún asi, es donde más he cobrado: 6 euros la hora.

- En esta disyuntiva, decidí que lo más inteligente era seguir viviendo de la Beca que me daba el Ministerio de Educación y Ciencia. Estudiar no era tan complicado y si por ello me pagaban... mejor que mejor. Pero claro, el dinero no llegaba para piso, comida, viajes, fiestas nocturnas y otros placeres que de vez en cuando me otorgaba. Y sucedió que planeé un viaje a Latinoamérica. Busca curro y empieza a trabajar en "Publibici". Te pones el chándal y a pedalear sea dicho, por toda Sevilla en un tándem con un amplio letrero que anunciaba a saber qué cosas. 4 euros la hora (4,5 si no cometías ninguna infracción, tal como ir con unas deportivas que no fueran blancas o llegar cinco minutos tarde). En navidades llegué a estar seis horas encima de la bicicleta... lo mejor es que era como tener un gimnasio gratis.

- Después llegó el empleo deseado por todo estudiante universitario: repartidor del 20 minutos. Ahí que te ibas a las siete de la mañana, con un frío que pela en pleno invierno, a llenarte los dedos de tinta y a darle los buenos días a todos los transeuntes madrugadores. Creo que pagaban unos 5 euros, pero no estoy muy segura. Lo mejor de aquí era que estaba directamente relacionado con lo mío (el periodismo... nótese la ironía) y que con los dedos negros parecía una avanzada y experta lectora de prensa.

Como vemos, todos ellos han sido trabajos dignos de un excelente currículum. No todo el mundo podría realizar tareas tan complejas. Así que yo me pregunto, ¿para qué sirve estudiar una carrera universitaria? Y la conclusión a la que he llegado es que, si tienes suerte, para que te den la beca de 1600 euros en verano y te vayas a conocer un nuevo país. Yo, por mi parte, me voy a Italia, que no está nada mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

TODAS LAS EXPERIENCIAS QUE LA VIDA
NOS DA DEBEMOS EXPRMIRLAS AL MAXIMO
LA FORMACION NO SOLO DEBE SER ACADEMICA SINO HACERNOS CRECER FUNDALMENTALMENTE COMO PERSONAS.