El Blog

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Una bienvenida como otra cualquiera

(Antes que nada, disculpad la falta de tildes y otros elementos, pero no domino bien el teclado italiano y no se como ponerlas)

Primer dia en Italia. Mi llegada a este pais ha sido una autentica locura. En tan pocas horas tengo suficientes anecdotas para escribir un buen capitulo de libro. En el avion vine hablando casi todo el tiempo con una mujer italiana, empezando a poner en practica mi bochornoso nivel de la lengua. En ese instante me di cuenta de que estaba mucho peor de lo que habia imaginado, porque no recordaba niente. Cuando aterrizamos, fui a buscar mis maletas. El aeropuerto de Ciampino es diminuto y se encuentra bastante lejos del centro de Roma. Alli conoci a dos chicas de Salamanca que tambien venian de erasmus, aunque ellas iban a Perugia.

Como teniamos el hostel por la misma zona decidimos ir juntas. Cargadas de maletas hasta los topes (yo, personalmente, llevaba 3) nos metimos en el bus que nos llevo hasta la estacion de metro, el cual cogimos para llegar a la estacion de Termini. En total fueron como 60 minutos de viaje, o quiza algo mas. Primero fuimos a buscar su albergue, porque estaba mas cerca que el mio, y cuando dejaron sus cosas nos dirijimos al B&B Dante, donde tenia reservada la habitacion individual que mi querida madre se habia empeñado en que YO pagase. El hostal no resultó ser un hostal, sino una casa con dos habitaciones acomodadas. El dueño, un tal Walter si no me confundo, empezó a hacerme un montón de preguntas, como que cuándo había expedido mi DNI (no cuándo caducaba, no, sino cuándo lo saqué), dónde había nacido, dónde vivía... ante tal cuestionario las tres nos quedamos un tanto desconcertadas, pero la noche sólo había empezado.

Hambrientas como estábamos de todo el viaje desde Madrid fuimos a buscar un sitio para cenar. He de decir que la zona de Termini no es de lo más selecto de Roma. Barrio de inmigrantes, las calles están desiertas a temprana hora, las pintadas son frecuentes y la gente con la que te cruzas puede tener pinta extraña. Pero como contrapunto, por lo poco que he visto, es un hervidero de culturas diferentes y donde se puede conocer otra faceta distinta aparte del Coliseo. En definitiva, empezamos a buscar algún lugar y acabamos en el sitio más heavy de toda la ciudad. Un bareto chino, en el que sólo había asiáticos, con una pinta un tanto extraña y con unos dueños más peculiares aún. La mujer que nos atendió nos presentó a toda su familia, se sentó con nosotras a hablar, nos dijo que éramos muy guapas, preparó un gelocatil para una de nosotras y acto seguido lo probó para ver si estaba bueno, eructó sin complicaciones después de un brindis, se sacó fotos con las tres, cuando quiso vaciar su copa la tiró directamente sobre la mesa...

Resultado: una cena increiblemente divertida en la que no paramos de reirnos. Además, la comida estaba deliciosa y sólo nos cobraron seis euros a cada una, todo un chollo despues de tanta cerveza. Cuando tuvimos el estómago lleno, me dirigí a casa de Walter, me di un buen baño y cai en la cama como una bendita.

Segundo día en Italia. Las sorpresas no podían finalizar tan pronto. Esta mañana me he levantado antes de lo esperado, a las 7.30. Me he vuelto a dar una ducha para quitarme las legañas y el sueño y he desayunado. Confieso que he robado algunos dulces, pero después de pagar 50 eurazos por la habitación no era para menos. Como no estaba segura de los horarios de los autobuses para Téramo, he ido a un ciber para comprobarlos. La mayoría de los locutorios aqui están regentados por pakistaníes (o al menos gente de aspecto físico similar), y no sé si será por esto o qué pero me ha pasado algo extrañísimo. Cuando pedí un ordenador, tuve que volver a escribir todos mis datos (DNI, nombre, apellido, fecha de nacimiento...), pero el chico no me dijo nada más. Me conecté y empecé a leer el hotmail y mis otras páginas. Pues bueno, a la media hora sube un carabinieri y me dice que le enseñe mi documentación. Con todo mi asombro, empiezo a buscarla pero no la tenía... ¡se me había olvidado en casa de Walter! Se lo explico y el hombre me da un folio en el que me dice que le escriba mil datos, hasta qué páginas estaba visitando, dónde estaba durmiendo, a qué hora me había conectado... Luego me dijo que fuesemos a mi hostal a buscar el DNI, pero empezó a hablar con algún compañero por el móvil y al final no hizo falta.

Algo asustada y atónita ante lo que acababa de suceder, me fui al hostal para recoger las maletas y marcharme lo antes posible. Cuando llegué, le conté a Walter lo que me había pasado, y el hombre se queda de repente con cara extraña, y me pregunta si le he dicho al policía la dirección del hostal. Le digo que sí, que le dije que estaba durmiendo en el Dante y entonces se vuelve medio loco y empieza a soltar "Madonna! Madonna!" que parecía que fueran a matarlo. Me explicó que ahora irían al hostal a registrarlo, y que no le apetecía que estuvieran allí en su casa. Reconozco que entonces he pensado en temas de droga o algo similar, porque no entendía absolutamente nada. Sin dar más rodeos, he cogido mis maletas y he salido por patas. He vuelto a entrar a un ciber (hasta las 12.30 no sale mi autobús a Téramo) y de nuevo me han pedido el DNI. Eso sí, parece que ahora no va a venir ningún carabinieri.


Buongiorno e benvenutto a la bella Italia!!!

1 comentario:

Pablo López dijo...

Hola María, soy Pablo (aquel chaval de Madrid que se fue a Sevilla y se volvió para la capital) me alegro de que te hayas hecho un blog, te garantizo que si haces uno de carácter profesional podrás conseguir algo a partir de él. Ya te mandaré un correo un día de estos y te contaré como me van las cosas y así me cuentas tú también. Saludos!