El Blog

jueves, 2 de octubre de 2008

Sin internet, sin fregona y en el Abruzzo

Después de mucho tiempo (léase poco más de una semana) vuelvo a dar señales de vida. He llegado bien a esta ciudad del Abruzzo italiano, aunque está claro que los incidentes no pudieron faltar. Nada más bajarme del metro para ir a la estación de Tiburtina, en Roma, se me rompieron las ruedas de la maleta y ahí que estaba María con una mochila enorme, un portatil pesadísimo y arrastrando un bulto de 17 kilogramos... por suerte al llegar a Téramo mi compañera de Sevilla vino a ayudarme y todo fue mucho más fácil.

El mismo día de mi llegada encontré una casa que, visto lo visto, está bastante bien. Tiene tres habitaciones, un salón enorme, su cocina y su baño. Es bastante céntrica, aunque esta información apenas tiene relevancia ya que casi todos vivimos a diez minutos del centro porque la ciudad no da para más, y aunque al principio mi habitación era horrorosa he conseguido hacerla habitable con unos retoques y algunas compras. A fin de cuentas tengo que estar un año viviendo aquí. En cuanto a mis compañeras, de momento sólo conozco a una. Se llama Roberta, tiene 24 años y estudia Económicas. Es bastante simpática, aunque al principio pensé que no nos llevaríamos demasiado bien porque cuando vio mi poster del Ché (me da igual estar en la cuna del fascismo, mis ideales son míos) me miro con cara rara y dijo: "Ai... yo soy del lado contrario". Bueno, dijo eso pero en italiano. Al final el comentario no pasó de ahí y todo ha marchado bastante bien. Como dato complementario, ayer se fue a Roma para hacer las pruebas de ingreso en los Carabinieri :)

En cuanto a la ciudad en sí... es piccolissima. Un típico pueblo de cualquier lugar del mundo, con sus calles estrechas, su monotonía de nunca pasa nada, su plaza central y sus bares donde pasar la tarde-noche. Eso sí, las vistas que tenemos desde nuestra facultad, en lo alto de la colina de Colleparco, son espectaculares. El Gran Sasso, la montaña más alta de esta zona, está completamente nevado y más adelante se divisan las colinas verdes. Los erasmus nos hemos conocido ya todos (seremos unos ochenta) y la cosa pinta bastante bien, con muchos viajes que realizar y muchos sitios para conocer.

Supongo que todavía os estareis preguntando el porqué del título de este post. Básicamente es porque me he dado cuenta de que España está más adelantada de lo que pensaba. Después de mis viajes por Latinoamérica aprendí a valorar mucho más lo que teníamos allí, y ahora, cuando vivo en un país que se supone más desarrollado me doy cuenta de que no es así. Cosas tan sencillas como una fregona aquí son extrañísimas, puesto que limpian con un trapo atado a una escoba. Internet es un tesoro preciado que cuesta conseguir, las películas de cine se estrenan dos meses después (ahora están anunciando Kung-fu Panda y Mamma Mía llega el día 3 a la capital), las camas no sobrepasan los 70 cm de ancho y mil cosas más como éstas.

En fin, me despido por el momento. No sé si contrataré internet porque estoy esperando a ver que me dicen mis compañeras de piso. Eso sí, ya tengo móvil italiano, por lo que quien quiera saber mi número sólo tiene que pedírmelo y hacerme una llamadita de vez en cuando, que os aseguro que me hará muchísima ilusión. En unos días intentaré actualizar de nuevo contando más experiencias y colgando alguna fotillo.

Muchos besos, ci vediamo!

1 comentario:

Anonymous dijo...

He descubierto que leerte mientras escucho a Dylan es como un chocolate caliente, como el cubata del viernes, y como otras cosas que seguramente blogspot censuraría…
No es el mejor símil pero empezar un comentario pero ya sabes que poner de nuevo en marcha una maquinaria oxidada es complicado, no existen pastillas para todo.
Seguro que conoces esa de Serrat que dice “son la aristocracia del barrio, lo mejor de cada casa”, desde luego tú los estás conociendo a todos, eres una De la Fuente de nuestro tiempo, pero se que no vas a dejar que te molesten ni que te ganen, antes te presentas en el Coliseo a dar mítines. Mientras me estrujo la neurona amnésica que me queda tratando de recordar una cita de Ortega sobre las fronteras recuerdo otra de Sartre (creo) “el infierno son los otros”.
Tengo una gripe del carajo, el miércoles decidió llover y creo que sobre mi cayó el equivalente a una piscina olímpica, he descubierto que la línea que separa la lluvia del romanticismo y la tragedia es fina, pero sencilla: depende de cuanta te caiga, y de la profundidad de los charcos.
Ojala supiéramos algo más de ingeniería o de magia para mandarte algo más que puñados de palabras, para poder enviarte soles, besos y arena, salitre y Pulitzers.
Gracias por contarnos, Pequeña Alicia, cómo se ve el mundo al otro lado del espejo.
Ciao bambina :)

PD. Veo que ya encontraste las tildes :P