El Blog

miércoles, 21 de enero de 2009

El futuro que no es

Pararme a pensar
es sinónimo
de echarle de menos.
Cautiva de aeropuertos,
esclava de la ausencia
constante y eterna
cuya excepción
es el orgasmo perfecto,
mantengo una sonrisa
quebrada, austera.
Presa de una voz inalcanzable
que me acaricia
(el pezón de un seno descubierto)
sobrevivo al próximo segundo.
No me gustas cuando callas
porque estás ausente,
lejos, invisible
irreal a una vida imaginada
que sólo nos pertenece
en el futuro, que no es.
Y me vuelvo fuerte,
heróica,
al mirar una fotografía
que contra toda evidencia
es la prueba tangible,
la certeza absoluta.
Y me vuelvo invencible
acurrucada en el sofá
sussurándote canciones
que sé que algún día
sentirás.

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