El Blog

martes, 26 de octubre de 2010

Elecciones

Elegí una habitación en Holanda; un paseo en góndola por Venecia; la ajetreada y triste muchedumbre de Barcelona. Elegí un viaje en autobús por el continente americano; un café en la Alameda de Sevilla; un orgasmo en el trópico. Elegí las connotaciones más bellas de las palabras; leer con parsimonia los mensajes que se escapaban de tus ojos (y memorizar, recordar, releer, repetir, resoplar de amor); detenerme ante cada sonrisa y saborear la copa de vino. Elegí también que la nostalgia viniese con su ruido de platos rotos (¿lo elegí?) y me recorriese el cuerpo con su lengua viperina, al compás de un recopilatorio de jazz que me hace estremecer. Elegí creerme todas las mentiras, soñar lo prohibido, fotografiarme desnuda y analizar cada positivo a la luz de una vela, por si acaso me deslumbro, por si acaso me quemo. Con el índice recorro el contorno de una curva, de un círculo, de un botón.




Y, claro, elijo desparramar la cera. Para sentirme viva. Elijo creer que puedo elegir, creer que mis instintos no olfatean tu perfume y me hacen salivar, que jamás me zambullo en el pasado para echar de menos y regresar apestado a tripas de merluza y al aroma del aliento de un borracho impregnado en el sujetador. Elijo no saber de cantidades -aunque es mucho, créeme- y llorar por la unidad estándar. Más fácil para mí, para ti, para la literatura en general. Los imposibles dejaron de doler el día en que los invité a merendar y se limpiaron sus pies en mi felpudo.

Por qué no. Elijo que me elijas, que te abandones conmigo a la conciencia de los asustados, que te ardan las manos cuando no puedas tocarme y la impotencia te domine cuando me veas cruzar, guiñarte un ojo, morderme el paladar. Elijo tu deseo contenido, los gemidos en mi cuello cayendo gotas de sudor, la infantil promesa de un iris dilatado y un par de golpes al corazón.

Elecciones anticipadas. Decreto el golpe de Estado en todo el territorio que alcanzo a rozar con la yema de mis dedos.

3 comentarios:

Lorena dijo...

Decirte que me gusta lo que escribes... o que me gusta cómo escribes sería quedarme bastante, bastante corta...

Menuda envidia insana te tengo, jodía!

Multe dijo...

¡Qué condescendiente eres, Lorena!

Yo en cambio leo a alguno de los grandes (Cortázar, García Márquez, Carpentier...) y pienso en tooooooodo lo que me queda por aprender.

Muchas gracias por tu comentario, bonita! ;)

Patricia Gardeu dijo...

Me ha encantado esta entrada, compañera. No dejes de elegir siempre.