El Blog

lunes, 20 de febrero de 2012

Vámonos a Laponia

Mientras que en Valencia la policía se encarga de tirar por tierra todos los conceptos sobre democracia que unos estudiantes de instituto pudieran haber adquirido durante su vida (lo cual es bastante grave), la CEOE pierde el miedo a decir las cosas de forma directa y suelta insensateces por la boca como el que dice "buenos días", segura como está de que muchas de sus propuestas serán respaldadas por el actual gobierno. 


Esta mañana el presidente de la Comisión Económica y Política Financiera de la Patronal, José Luis Feito, decía que si a alguien que recibe la prestación por desempleo se le ofrece un trabajo y lo rechaza, debería perder automáticamente dicha prestación. Aunque el trabajo sea en Laponia. 

Lo cierto es que estas palabras, en el momento en el que nos encontramos, guardan una demagogia que cualquier cerebro pensante puede ver desde lejos. Al señor Feito alguien debería enseñarle alguna de las cientos de estadísticas que pululan por internet acerca de cuántos jóvenes han emigrado ya de nuestra querida Ejpaña. Podría entrar en ForoLondres (que dada mi situación personal es el ejemplo que me queda más a mano) y leer las entradas que cada día se escriben pidiendo algún consejo sobre cómo empezar de cero en un nuevo lugar. Podría mandar a sus hijos, si es que los tiene, a cruzar la frontera sin más pertenencias que 15 kilos y unos 1000 para jugárselos al todo o nada. Ah, y cuando digo 15 kilos son 15, que ya sabes que si vuelas con Ryanair no hay margen de error. De paso, el señor Feito podría leer el periódico, donde se recogen algunas historias que ponen los pelos de punta, como aquella del pintoresco pueblo de Bergen, en Noruega, donde muchos compatriotas pululan por las calles con olor a pescado y temperaturas bajo cero. Si él quisiera, también podría darle mi número de teléfono y contarle que ahora yo trabajo de camarera para atender a inglesitos refinados, cuando podría estar aprovechando mis cualidades en mi país. O podría contarle que mi padre, un albañil en paro de 54 años, intenta sobrevivir con su pequeña ayuda de 400€ e incluso está pensando en aceptar una oferta en Mauritania para construir hoteles. Incluso podría explicarle a este señor las diferencias entre Mauritania y Laponia, si es que no las conoce.

El señor Feito, al igual que todos esos amigo suyos que ven el mundo desde televisiones HD de 55 pulgadas y poltronas de piel, deberían callarse la boca. Callarse y reconocer que uno de los grandes problemas de este país no son los trabajadores, como tratan de hacernos creer insistentemente, sino un grupo de empresarios pésimos que no tienen conciencia de su papel social y sólo buscan el máximo beneficio. ¿Cómo es posible, si no, que en Canarias haya un récord histórico en número de pasajeros y un 31% de paro si el motor de nuestra economía es el turismo? Sin duda, hay alguien que se está llevando mucho dinero, y no creo que sean esos pobres diablos que apenas tienen para pagar el billete del autobús.

Háganos un favor, usted y todos los de su organización: váyanse a Laponia un ratito, cojan un coche, esperen a que lo tape la nieve y vivan allí durante dos meses. Así comprenderán lo puteados que estamos y lo agradable que es escuchar proposiciones como la suya.





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