El Blog

lunes, 10 de noviembre de 2008

De italianos va la cosa

Esto lo escribi hace algunos dias, pero no he podido actualizar hasta hoy. Prometo que pronto escribire algo sobre Napoles y Roma, las dos ciudades que de momento me han hechizado (una mas que otra)... De momento dejo tambien como comentario que los de ya.com son unos sinverguenzas (con dieresis en la u), porque desde servidores italianos si funciona mi blog anterior. Se ve que en Espana o eres de su compania o pierdes todo lo que tenias...



Hoy han venido a instalarme el teléfono fijo e Internet, pero parece que de momento no funciona. Sigo actualizando y escribiendo desde el Empatía, el bar en el que todos los que somos un poco viciados nos vemos por las tardes.

Ya escribí hace tiempo sobre la situación política aquí en Italia, y hoy quiero hacerlo de la forma de ver el mundo de la sociedad italiana. Aún no sé demasiado, y quizá peque de bocazas, pero las impresiones que he recibido hasta el momento y las comparaciones con los otros chicos erasmus me hacen pensar que no me equivoco mucho. Lo que más me ha llamado la atención es, sin duda, el machismo. Reconozco que nunca he sido gran amante de mi patria (será por eso de haber nacido en Jerez, crecido en Gran Canaria y estudiar en Sevilla, que no me siento de ningún lugar), y que siempre critico a España por todas sus carencias. Es cierto que estaba absolutamente convencida de que éramos de los más retrógrados en muchos aspectos, algo que en parte tenía su lógica por la horrible dictadura de la que aún nos estamos curando y por la que tantas lágrimas he derramado. Pero la realidad me ha dado de bruces en la cara. Cosas como: “No me compro estos zapatos porque a mi novio no le gustan”, “¿por qué dejas que él friegue los platos?”, “no me he ido de viaje con mis amigas porque estaba con un chico” son de uso común entre las jóvenes. Otro síntoma de machismo, y no sé si quizá el que más, es la televisión. La figura de la azafata modelo, que en España la hemos recuperado con La Ruleta de la Suerte, aquí está absolutamente vigente. En el mismo programa, en su versión italiana, tiene a una especie de mujer con tetas de silicona, minifalda y rubia platino. Los planos de los cámara son picados y contrapicados, dependiendo lo que se quiera enseñar (entiéndase qué parte de la mujer). Pero no es en el único. Prácticamente en todos hay una, dos o un grupo de chicas-modelo que no tienen ninguna función específica pero que ayudan a crear un decorado bonito. Hoy, además, he visto un anuncio bastante… simpático. Aparece una mujer mayor, de unos 60 años o más, en una casa antigua y con una máquina al lado. Empieza a hablar y nos cuenta que alguien de su familia se va a casar (¿sobrina? ¿nieta?) y que ya sabe qué regalarle: ¡una máquina para hacer pasta! Es igual que la que le regalaron a ella, pero motorizada para hacer el trabajo más fácil. Es obvio. No puedes contraer matrimonio si antes no te has especializado en el arte de satisfacer a tu marido con la cocina más selecta que puedas hacer.

Otro aspecto bastante distinto es la higiene. El mítico bidé que en todas las casas españolas sirve para colocar la ropa sucia o para lavarte los pies cuando apestan o los traes sucios de unas sandalias, en la bella Italia conserva su uso primigenio. Allá que se enjuagan todas con su Gel Íntimo a diario, pero de la ducha ni hablar. Quizá… quizá dos o tres veces por semana, y ya va bien. De la misma forma, el gran invento español de la fregona, que tanto nos facilita la vida, parece ser que aquí no está muy interiorizado. En casi todas las casas limpian el suelo con un trapo amarrado a una escoba. Se trata de mojar el trapo, escurrirlo y atarlo. Empiezas a limpiar y cuando te quede la mitad vuelves a cogerlo con las manos y repites la operación. En definitiva, solo esparces la suciedad del suelo y encima tienes que tocar toda la mierda.

Así que, visto lo visto, y por mucho que me pese reconocerlo, creo que en España se vive como en ningún otro sitio. Con todo lo que tenemos criticable, con nuestras horribles corridas de toro, con los millones que se lleva la iglesia, con la Semana Santa, con los capillitas, con los señoritos sevillanos, con la Duquesa de Alba, con la telebasura, con Gran Hermano, con la Terremoto de Alcorcón, con las obras de Madrid, con el SAS, con las reformas de educación… Con todo esto, nadie más en el mundo puede tomarse una Cruzcampo en el Salvador, nadie puede hacer una tortilla de patatas como nosotros, nadie tiene un jamón serrano como el de Jabugo. Aish, como lo echo de menos…


PD/1: Otra cosa que no hay aquí son pipas. Pipas con sal, de girasol, de toda la vida. No existen.

PD/2: También me gusta que el español sea mi lengua materna. Me encanta llorar escuchando a Silvio Rodríguez cantando Ojalá.

2 comentarios:

Ex-Flatmate de Erasmus dijo...

hola guapa!!
Cuando leo tu blog no se si reirme o llorar pq cuando tu hablas de los problemas que tıenes allı, creeme q son nada en comparacıon con el marron que tengo por akı en estos momentos...ya te contare algun dıa.no te preocupes que estoy bıen, solo que un poco cansada de todo el mundo. muchos besos

ex-flatemate no erasmus dijo...

me meo de risa.... es super gracioso dime tu dirección y te mando una fregona en condiciones..coño!!!